Montse Badia

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GESTOS MÍNIMOS DE INCIDENCIA MÁXIMA

PARADA ZERO, Vic, mayo-junio 2016

Domingo 1ro de mayo de 2016, por Montse Badia

Crear conocimiento, un tipo de conocimiento diferenciado, hacernos ver las cosas de una manera diferente y abrirnos a nuevas perspectivas son algunas de las funciones del arte. El arte puede tenir un papel transformador, puede cambiar nuestra experiencia perceptiva, la manera de ver unos espacios que conocemos o hacer que los redescubramos. Intervenir en un lugar es transformarlo y también transformar nuestra mirada, nuestra manera de pensar. Es posible modificar la realidad a partir de gestos tan pequeños como precisos.

Gestos mínimos de incidencia máxima se propone descubrir/redescubrir-nos unos espacios de la ciudad de Vic y, a través del arte, mostrarlos de otra manera, a partir de gestos, de elementos cotidianos, de referencias poéticas y también de la evidencia de los mecanismos. Los cuatro trabajos presentados en esta ocasión utilizan la proyección, un medio immaterial, la visibilidad del cual es directamente proporcional a la distancia. Al mismo tiempo, es cuando las proyecciones se encuentran con un elemento real, con un espacio que no es plano sino tridimensional, que revelan su potencial transformador. Las cuatro propuestas trabajan en el ámbito de la fragilidad, la ambigüedad y la complejidad (de la percepción, de la intención, de los objetos, de los medios y del individuo en relación a la esfera pública).

En este sentido, la proyección de Wilfredo Prieto, hecha a partir de un láser, recrea un fenómeno relacionado con la naturaleza y el paisaje, la visión de la línea de horizonte, en el patio del Hospital de la Santa Creu; la mano que se abre y vuelve a convertirse en puño, de Andreas M. Kaufmann, proyectada en el ábside de una iglesia, habla tanto del poder como de la condición humana. El poder de decisión aparece de nuevo en las manos proyectadas por Antoni Muntadas en la sala de actos de una empresa de comunicación. Y, finalmente, la hazaña de andar sobre una cuerda floja, que se proyecta en el film que no vemos de Ignasi Aballí, muestra los mecanismos de la proyección, del pensamiento y, finalmente, de nuestra relación con los espacios y con la sociedad.

Mediante gestos mínimos y el uso de materiales cotidianos, Wilfredo Prieto incide de manera aguda y poética en aspectos complejos de la realidad cotidiana. Con Un Segundo de horizonte el artista investiga el género paisajístico desde una perspectiva propia. Una línea láser de 360º (de las que se utilizan en el sector de la construcción) dibuja una línea de luz en las paredes del espacio, evocando un paisaje vespertino. Cuando el espectador se mueve en el espacio en el que se instala la pieza siempre hay un segundo en el cual el rayo de luz lo ciega, de manera que evoca el segundo en el que el sol sale o se pone. Se trata, pues, de un paisaje simbólico, un juego poético que surge de la contraposición de diversas realidades: la naturaleza austera del elemento de construcción, la situación cambiante del espectador, la naturaleza física y simbólica del espacio en el que se instala y, finalmente, el potencial poético dado a partir de un gesto mínimo y de un material austero. En definitiva, gestos mínimos de máxima incidencia que abren nuevas perspectivas, modifican el sentido de la realidad más cotidiana y nos permiten imaginar nuevos escenarios posibles.

La idea de los Videopaintings consiste en imágenes generadas por ordenador que muestran imágenes que son ejemplos de comportamiento humano. El punto de partida de los Videopaintings son imágenes que registran acontecimientos diarios o gestos aislados que se muestran en un movimiento contínuo. Las imágenes escogidas -como la mano que se abre y se cierra hasta convertirse en puño- plantean la duda de si se trata de imágenes fijas o en movimiento y funcionan de manera que el cerebro es incapaz de captar la progresión del movimiento, sino que sólo puede percibir el cambio que confirma la acción que ha tenido lugar. En el caso de Videopainting # 3,
el puño cerrado, que se muestra con una cierta contundencia -¿poder? ¿amenaza? ¿rebelión?- se va transformando poco a poco, de manera imperceptible, en una mano abierta que denota apertura y generosidad, pero que también puede mostrar demanda. Al mismo tiempo, la propia morfología de la mano, que es arquitectónica en el sentido que muestra un dentro y un fuera, el juego de formas cóncavas y convexas establece relaciones formales con la arquitectura en la que se instala.

El trabajo de Ignasi Aballí explora temas como las convenciones del arte, el papel del artista y las relaciones entre su valor cultural y el económico. Film Proyección nos acerca a los mecanismos de la proyección. El artista filma la luz que sale de un proyector de cine mientras está proyectando una película. La duración es la del film, es decir, 90 minutos. La grabación se hizo en 16 mm para volver al celuloide. La película proyectada era Man on Wire (2008), un documental sobre Philippe Petit, un funambulista que en el año 1974 paseó entre las Torre Gemelas de Nueva York. Al igual que Petit, la cámara con la que filmaba Aballí la proyección, también quedaba suspendida entre el proyector y la pantalla.

De esta manera, Aballí establece paralelismos entre el andar sobre la cuerda floja del funambulista, el papel del artista, el hecho de centrar la atención en aquello que no es obvio ni convencional -no lo que se proyecta, sino el proyector- y el llevar a término una actividad prácticamente imposible -cruzar las torres gemelas o filmar aquello que es intangible, como es la luz en este caso-.

En sus trabajos, Antoni Muntadas explora desde hace muchos años los temas sociales, políticos y de comunicación, la relación entre el espacio público y el privado dentro del marco social. En Portrait, Muntadas analiza el gesto como símbolo de poder. El vídeo recoge los gestos de las manos por parte de un personaje la identidad del cual se presenta voluntariamente oculta a excepción de los rasgos de su vestimenta que le permiten ubicar en un estatus determinado. Los gestos de las manos, que se presentan con una cierta ralentización muestra una contundencia y también un cierto estrañamiento, la aparición de inesperados matices, que permite investigar el valor y la finalidad de los estereotipos gestuales.

GESTOS MÍNIMS D’INCIDÈNCIA MÀXIMA

Crear coneixement, un tipus de coneixement diferenciat, fer-nos veure les coses d’una manera diferent i obrir-nos a noves perspectives són algunes de les funcions de l’art. L’art pot tenir un paper transformador, pot canviar la nostra experiència perceptiva, la manera de veure uns espais que coneixem o fer que els re-descobrim. Intervenir en un lloc és transformar-lo i transformar també la nostra mirada, la nostra manera de pensar. És possible modificar la realitat a partir de gestos tan petits com precisos.

Gestos mínims d’incidència màxima es proposa descobrir/descobrir-nos uns espais de la ciutat de Vic i, a través de l’art, mostrar-los d’una altra manera, a partir de gestos, d’elements qüotidians, de referències poètiques i també de l’evidència dels mecanismes. Els quatre treballs presentats en aquesta ocasió utilitzen la projecció, un mitjà immaterial, la visibilitat del qual és directament proporcional a la distància. Al mateix temps, és quan les projeccions es troben amb un element real, amb un espai que no és pla, sino tridimensional, que revelen el seu potencial transformador. Les quatre propostes treballen en l’àmbit de la fragilitat, l’ambigüetat, i la complexitat (de la percepció, de la intenció, dels objectes, dels mitjans i de l’individu en relació a l’esfera pública).

En aquest sentit, la projecció de Wilfredo Prieto, feta a partir d’un làser, recrea un fenòmen relacionat amb la naturalesa i el paisatge, la visió de la línia de l’horitzó, en el pati de l’Hospital de la Santa Creu; la mà que s’obre i torna a esdevenir puny, d’Andreas M. Kaufmann, projectada a l’àbsis d’una esglèsia parla tant del poder com de la condició humana. El poder de decisió apareix de nou a les mans projectades per Antoni Muntadas a la sala d’actes d’una empresa de comunicació. Y, finalment, la gesta, el caminar per la corda fluixa, que es projecta al film que no veiem d’Ignasi Aballí, ens mostra els mecanismes de la projecció, del pensament i, finalment, de la nostra relació amb els espais i amb la societat.

Mitjançant gestos mínims i l’ús de materials quotidians, Wilfredo Prieto (Sancti Spíritus, Cuba, 1978) incideix de manera aguda i poètica en aspectes complexos de la realitat contemporània. Amb Un Segundo de horizonte l’artista investiga el gènere paisatgístic des d’una perspectiva pròpia. Una línia láser de 360º (de les que s’utilitzen en el sector de la construcció) dibuixa una línia de llum a les parets de l’espai, tot evocant un paisatge vespertí. Quan l’espectador es mou en l’espai on s’instal·la la peça sempre hi ha un segon en el qual el raig de llum l’enlluerna, tot evocant el segon en el qual el sol neix o es pon. Es tracta, doncs, d’un paisatge simbòlic, un joc poètic que sorgeix del fet de contraposar diverses realitats diferents: la naturalesa austera de l’element de construcció, la situació canviant de l’espectador, la naturalesa física i simbòlica de l’espai en el qual s’instal·la i, finalment, el potencial poètic donat a partir d’un gest mínim i d’un material ben auster. En definitiva, gestos mínims de màxima incidència que obren noves perspectives, modifiquen el sentit de la realitat més qüotidiana i ens permeten imaginar nous escenaris possibles.

La idea dels Videopaintings consisteix en imatges generades per ordinador que mostren imatges que són exemples de comportament humà. El punt de partida dels Videopaintings són imatges que enregistren esdeveniments diaris o gestos aïllats que es mostren en un moviment contínu. Les imatges triades -com la mà que s’obre i es tanca per esdevenir puny- plantegen en l’espectador el dubte de si es tracta d’imatges fixes o en moviment i funcionen de manera que el cervell és incapaç de captar la progressió del moviment, sinó que només pot percebre el canvi que confirma l’acció que ha tingut lloc. En el cas del Videopainting # 3, el puny tancat, que es mostra amb una certa contundència - poder? amenaça? rebel·lió?- es va transformant poc a poc, de manera imperceptible, en una mà oberta que denota apertura i generositat, però que també pot voler dir demanda. Al mateix temps, la pròpia morfologia de la mà, que pot resemblar una arquitectura, amb un dintre i un fora, el joc de formes còncaves i convexes estableix relacions formals amb l’arquitectura en la qual s’instal·la.

El treball d’Ignasi Aballí explora temes com les convencions de l’art, el paper de l’artista i les relacions entre el seu valor cultural i l’econòmic. Film Proyección ens acosta als mecanismes de la projecció. L’artista filma la llun que surt d’un projector de cinema mentre està projectant una pel·lícula. La durada és la del film, és a dir, 90 minuts. La grabació es va fer en 16 mm per tornar al celuloide. La pel·lícula projectada era Man on Wire (2008), un documental sobre Philippe Petit, un funambulista que l’any 1974 va passejar entre les Torres Bessones de Nova York. A l’igual que Petit, la càmara amb la qual filmava Aballí la projecció, també quedava suspesa entre el projector i la pantalla.

D’aquesta manera, Aballí estableix paral·lelismes entre el caminar sobre la corda fluixa del funambulista, el paper de l’artista, el fet de centrar l’atenció en allò que no és obvi ni convencional -no el que es projecta, sinó el projector- i el dur a terme una tasca gairebé impossible -creuar les torres bessones o filmar allò que és intangible, com és la llum en aquest cas-.

En els seus treballs, Antoni Muntadas, explora des de fa molts anys, els temes socials, polítics i de comunicació, la relació entre l’espai públic i el privat dins el marc social. A Portrait, Muntadas analitza el gest com a símbol de poder. El vídeo recull els gestos de les mans per un personatge la identitat del qual es presenta voluntàriament substreta a excepció dels trets de la seva vestimenta que el permeten ubicar en un estatus determinat. Els gestos de les mans que es presenten amb una certa ralentització mostra una contundència i també un cert estranyament, l’aparició d’inesperats matissos, que permet investigar el valor i la finalitat dels estereotips gestuals.