En el año 1996, Dora García realizó una instalación titulada Perplexity, que consistió en acotar un espacio de una galería de arte con una cinta en la que podía leerse la palabra “perplejidad”. De esta manera tan sencilla (y en el caso de los trabajos de Dora hay una relación inversamente proporcional entre la facilidad con la que pueden describirse sus obras y su complejidad conceptual), la artista señalaba los límites en los que se situa su trabajo: presentar la realidad como múltiple y cuestionable y explorar la relación entre artista, obra y público. En otras palabras, Dora señala, actúa como una directora de cine que cuenta historias (o simplemente las selecciona), desencadena una situación, nos sitúa en un escenario o nos hace partícipes de un juego cuyas reglas se parecen mucho a la realidad y por eso mismo nos permiten cuestionarla.
Cuentos Escogidos es el título de esta exposición que podría definirse como una miniretrospectiva, pues reúne una selección de trabajos que incluyen el lapso de tiempo comprendido entre los años 1991 y 2007. Debido al carácter marcadamente procesual de las obras de Dora García, la presentación de estos trabajos se realiza en un formato que la propia artista define como “en modo off”, es decir, mostrando los elementos que forman parte de las obras pero de una manera “desinstalada”.
Cuentos Escogidos presenta un recorrido por siete trabajos: Contes Choisis (1991) es una instalación presentada en la Fundación De Appel en Ámsterdam en la que el retrato de Guy de Maupassant contrapuesto a dos enigmáticas esculturas definen un sustrato narrativo y ficcional. Todas las Historias (2001- ) es un trabajo en proceso cuya ambición es la de reunir “todas las historias del mundo. El lector que decida leerlas en voz alta se convierte en performer de Todas Las Historias y, cuando haya terminado, todos los hombres y mujeres, todo el tiempo y todos los lugares, habrán pasado por sus labios. La dificultad estriba en que casi cada día nuevas historias se añaden a esta lista”. La Habitación cerrada consiste en una habitación que debe permanecer cerrada. Cuando alguien entra en dicha habitación ésta desaparece y la obra se desvanece. The Crowd es una performance que parte de la necesidad de crear expectativas y en la cual el público juega un papel esencial. The Prophets es descrita de esta manera por la artista, “[Los profetas]… cada día entran en el museo y recogen las fotocopias con las profecías que hay para ese día y que yo había enviado con antelación. Durante la siguiente hora, van entregándolas entre los visitantes del museo y realizando las tareas profetizadas y que escribí específicamente para ellos en los papeles que están distribuyendo. Nunca saben de antemano cuáles pueden ser esas tareas, ni en la forma en que se presentarán a los visitantes al día siguiente. La tensión que generan estas profecías «prêt-a-porter» (…), la sospecha de que los sucesos que tienen lugar son en parte una puesta en escena, y la amenaza constante de una realidad incontrolable…». The Beggar’s Opera es el proyecto que García presentó en el Skulptur Projekte Münster’07 y que consistió en una serie de performance realizadas por un actor que interpreta a un mendigo, Filch, inspirado en el aprendiz de mendigo de la ópera de John Gay, que a su vez inspiró a Bertolt Brecht en La Ópera de Tres Peniques. Filch es un personaje que se mueve libremente por las calles de Münster, suficientemente marginal como para poder decir lo que piensa en todo momento. Sus aventuras, encuentros y observaciones eran anotados en el cuaderno de bitácora www.thebeggarsopera.org así como una serie de monólogos que fueron representados en el Metropolis Kino de Münster y que aparecen ahora recogidos en una publicación. Finalmente, C (Film contado dos veces), una propuesta creada específicamente para el CASM, es una proyección comentada de la película Film (1964) de Beckett que se basa en la noción de cámara subjetiva. La proyección comentada tendrá lugar todos los miércoles a las 19 horas en el Auditorio del CASM.
Moviéndose constantemente entre las fronteras que separan ficción y realidad, las performances de Dora García (performances con actores que siguen una serie de instrucciones) exploran sus límites, que no son otros que los límites entre lo real y su representación. Mediante la investigación de la construcción de ficciones, el trabajo de Dora García ofrece una visión autoreflexiva del invididuo y de su entorno, en el que el reconocimiento juega un papel esencial.
“El arte es para todos pero sólo una élite lo sabe”, reza una de sus ”frases de oro”, verdaderos statements o declaraciones de principios con las que hace pública su postura y con las que resulta fácil identificarse. “La diferencia entre ordinario y extraordinario está en esa cosita extra”. Ahí precisamente radica lo extraordinario de su trabajo.
Montse Badia