¿Cuál fue su primer comisariado?
Un proyecto de intervenciones artísticas en la escuela de arte la Llotja de Barcelona, que se titulaba “A veure. Quatre artistes a la recerca d’una escola”, en la que los cuatro artistas invitados (Chema Alvargonzález, David Falkner, Josep M. Martín, Mireia Massó) desarrollaron proyectos a partir del contexto específico de la escuela y en colaboración con los estudiantes. Fue una experiencia memorable, puesto que implicaba la participación en el proceso creativo que conlleva toda nueva producción.
¿Cuáles han sido los proyectos curatoriales más especiales, de cuáles se siente más satisfecho?
Para mi, el trabajo curatorial es un proceso de búsqueda e investigación y cada proyecto responde a un momento determinado y a un contexto específico. Toda mi trayectoria, o los proyectos que he ido realizando hasta ahora, responden a una línea de trabajo centrada en la búsqueda de la idiosincracia y de aquello que no es estándar. Estoy convencida que el arte crea una forma de conocimiento muy específica que va más allá de los estándares y que insiste en la diversidad y la diferencia. Proyectos que responden a estas premisas son, por ejemplo, “Depicting Love” (Kunstlerhaus Bethanien, Berlin, 2004), una reflexión sobre el amor articulada a partir de un programa de proyecciones en un cine y un DVD en el que se incluían los trabajos artísticos y que convertía el DVD en una suerte de exposición lista para llevar. Otros ejemplo son los dos ciclos de exposiciones en Espai 13 de la Fundación Miró, con las producciones de Lluís Bisbe, Antonio Ortega, Peter Land, Francesc Ruiz o Simon Starling, entre otros, o en el Centro de Arte Santa Mònica de Barcelona (en la etapa dirigida por Ferran Barenblit), con producciones de trabajos de David Shrigley, Dora García, Jill Magid o Peter Liversidge, por mencionar sólo algunos. Más reciente, destaco “La realidad invocable” (MACBA, 2014) una exploración sobre la noción de realidad a partir de los trabajos de artistas de diferentes contextos y generaciones, con cineastas como Lutz Mommartz o John Smith y artistas como Jeremy Deller, Phil Collins, Jill Magid, Rafel G. Bianchi o Núria Güell, entre otros.
¿Que rol desempeña hoy un comisario artístico?
Hay tantos modelos de comisario como personas haciendo de comisario. El papel del comisario es el de plantear preguntas, señalar los temas relevantes para entender el presente, invitar a los artistas a participar en un proceso de construcción de sentido. El comisario puede ser un catalizador, iniciador, cómplice, compañero de viaje del artista y también gestor, diplomático, coach … En realidad, el rol del comisario se define a partir de la propia práctica.
¿Tiene alguna influencia el comisario sobre el mercado del arte?
En estos momentos no creo que el comisario tenga especial influencia en el mercado del arte, a no ser que su ámbito de actuación sea el de las bienales y grandes eventos que, definitivamente, sí tienen influencia tanto en el mercado como en los discursos o los relatos que se construyen en cada momento.
¿Cuáles han sido sus «descubrimientos» memorables de artistas emergentes?
No sé si la labor del comisario es exactamente descubrir, pero sí que me parece importante trabajar con artistas de diferentes generaciones y fomentar diálogos intergeneracionales. Dicho esto, es enormemente estimulante trabajar con artistas más jóvenes con los que no hay códigos generacionales compartidos. En mi caso, recientemente he tenido la suerte de colaborar con dos artistas jóvenes, Enric Farrés Duran y Lúa Coderch que representan maneras renovadas de pensar y llevar a cabo la práctica artística.
¿Cuáles son las tendencias -en el panorama artístico actual- que le resultan más interesantes? ¿Cuáles considera que tienen una mayor proyección futura?
Me interesan las propuestas artísticas que van más allá de los límites del pensamiento, de las convenciones y de la institución, que replantean su papel y plantean preguntas sobre el mundo. Quizá su proyección no se plasma tanto en términos de mercado como de redifinición del papel del arte y su incidencia en la realidad.