Proyectos expadidos en el tiempo

Proyectos expandidos en el tiempo

Si este texto tuviera una banda sonora, arrancaría con Time is on my side de The Rolling Stones (Tiiiime is on my side, yes it is. Tiiiime is on my side, yes it is…) porque el tiempo es relativo, experimentado como subjetivo y un bien escaso que se puede gestionar, administrar, perder o disfrutar. Cuando en los proyectos artísticos el aspecto temporal se expande más allá de lo que se consideraría “normal”, se convierte en un tema en sí mismo. Lo hemos visto en cine, no sólo en films cuyo metraje roza el límite de lo sostenible, sino especialmente en producciones que van más allá de esos límites estándar (el rodaje de Boyhood de Richard Linklater se realizó entre 2002 y 2013 y cuenta la historia de un niño y su familia, interpretados por los mismos actores a lo largo de once años). Lo hemos visto también en teatro, por ejemplo, con sesiones maratonianas de 12 horas como la de Mahabharata de Peter Brook y Jean-Claude Carrière. También en arte, especialmente en las primeras performances de Ulay/Abramovic como forma de resistencia o, hace apenas un año, cuando Anna Dot hacía un ejercicio de filibusterismo al intentar alargar al máximo la charla de clausura de su exposición en la Capella para sabotear la hora de cierre que la institución establecía.

Resistencia es también la de creadores que, incansables, dedican toda su vida a su trabajo de manera obsesiva, independientemente del reconocimiento obtenido. Así, el músico Joaquín Orellana lleva décadas componiendo y creando sus propios instrumentos en su estudio de Ciudad de Guatemala y, a punto de cumplir 87 años, acaba de ser “descubierto” por un público global, a partir de la invitación a componer y presentar una Sinfonía para documenta 14.

Artístico y vital es el proyecto de performance expandida de EVA & ADELE una pareja, transgresora de géneros, siempre impecable y conjuntadamente vestidas y maquilladas, con continuas apariciones públicas en las inauguraciones de los principales eventos artísticos desde 1989.

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En el desarrollo de proyectos artísticos, a menudo se establece un conflicto entre el cronograma que naturalmente necesitaría un determinado proyecto y el tiempo institucional marcado por una programación que requiere que una propuesta (ya sea exposición, performance, presentación, publicación, taller o seminario) tenga unas fechas de inicio y finalización claras que no se solapen con el siguiente evento que ocupa la agenda del centro.

En estos tiempos de aceleración y rapidez máximos, acomodar un proyecto a sus necesidades reales y otorgarle el tiempo necesario para completar sus procesos no deja de tener un componente reivindicativo y de compromiso a largo plazo por parte de los artistas y las instituciones u organizaciones que los hacen posible.

Cambiamos de pista en la banda sonora (quizá Brass Band) y vamos con los casos de estudio.

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Jeremy Deller, Speak to the Earth and it Will Tell You (2007-2017) (c) Skulptur Projekte 2017. Foto: Henning Rogge

En 2007, Jeremy Deller inició el proyecto Speak to the Earth and it Will Tell you para el Skulptur Projekte de Münster (otro ejemplo singular puesto que el lapso de tiempo entre edición y la siguiente es de diez años). A partir de sus intereses en el trabajo con grupos y con comunidades de personas con determinadas afinidades, Deller distribuyó una serie de cuadernos encuadernados en piel a las cincuenta asociaciones relacionadas con jardines o huertos comunitarios de la ciudad, para que, a lo largo de diez años, las utilizaran como diario (de sus actividades, novedades, acciones, contratiempos…). Para dar visibilidad a este lapso temporal, se plantaron Davidias, que tardan diez años en florecer, y en 2017, los visitantes de la siguiente edición del Skulptur Projekte Münster hemos podido acercarnos al día a día de treinta de esas asociaciones consultando esos diarios que, no sólo se han centrado en temas de horticultura, sino que constituyen una crónica social y un comentario sin mediaciones a los cambios de la ciudad y sus habitantes y, hasta cierto punto, del mundo.

No agreement today, no agreement tomorrow de Fela Kuti da título a una intervención en el espacio público, en la ciudad de Bergkamen, que se inició en 2004 y terminará en 2028. Se trata de una escultura de forma cilíndrica realizada con acero y cristal mate acrílico, realizada por el artista Andreas M. Kaufmann, tras ganar un concurso de proyectos públicos para diversas rotondas de la ciudad, convocado por el ayuntamiento. En el interior de la escultura, cuatro proyectores lanzan seis imágenes cada uno, con retratos y gestos de personas de los ámbitos político, cultural y social, extraídos de los medios de comunicación. George Bush, Julian Assange, Halle Berry o Leo Messi, entre otros, dan cuenta del relato del presente que configuran los medios de comunicación.

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Foto: Roman Mensig

No agreement today, no agreement tomorrow (y la referencia musical y política a Fela Kuti no es casual) es una escultura mediática abierta a la participación de la ciudadanía de Bergkamen. Desde que la pieza se instaló en la rotonda que hay cerca del Ayuntamiento y junto a una estación de autobuses, ha sido objeto de preguntas, críticas, comentarios y de un ritual que se desarrolla anualmente y que consiste en el cambio de una de las diapositivas con la sustitución de uno de los personajes. Este proceso no es realizado por el artista de manera unilateral sino que, consciente de ocupar un espacio público que pertenece a todos, se transforma en un momento de comunicación a partir de un trabajo con un colectivo específico de la ciudad (que va cambiando cada año) en el que se hacen propuestas sobre qué personaje debe irse y cuál, representativo del año anterior, debe “entrar”, eligiendo también la imagen concreta con la que se realizará la diapositiva y se proyectará en la rotonda.

Desde 2004, la entrada y salida de personajes de la actualidad pública y mediática como Paris Hilton, Hillary Clinton, Angela Merkel, Juan Pablo II o Steve Jobs han sido debatidas con un grupo de estudiantes adolescentes, una asociación cultural turca o un grupo de folklore ruso, entre otros, que han tenido plena potestad para decidir en relación al espacio público de su ciudad. Cuatro proyectores con seis diapositivas cada uno son 24 diapositivas, que se habrán renovado totalmente 24 años después de su instalación, es decir, en el año 2028, que es cuando el proyecto No agreement today, no agreement tomorrow, en la acepción más beuysiana de “escultura social”, esto es, procesual y participativa, habrá llegado a su fin.