El reto es grande: propuestas para mejorar el contexto de las artes en Cataluña. La tentación de caer en diagnósticos descorazonadores está ahí. Pero la directriz es clara: vamos a ser proactivos. Así que ¿cuál es el contexto? ¿qué y quienes configuran el tejido artístico? Obviamente no son sólo las instituciones, grandes y pequeñas, sino que proliferan las iniciativas independientes -precarias también- que surgen de la necesidad de hacer cosas, de creer en aquello que se hace y que a menudo se identifica con las dinámicas del DIY (do it yourself). La fragilidad tiene también una cara positiva, que es la agilidad y la capacidad de reacción y adaptación.
Otro aspecto a considerar: ¿a quién se dirigen las prácticas artísticas? ¿quién es su público? A menudo pensamos en un público general cuando la realidad es que un porcentaje amplio del público de las artes visuales más vanguardistas son los propios productores. Nos encontramos en un ámbito de altísimo auto-consumo. Es por ello que los baremos para medir la rentabilidad nunca acaban de cuadrar, ni en términos de números de visitantes, ni de cifras de ventas.
Desde las esferas políticas a menudo se olvida que el arte, por definición, no puede identificarse con una industria cultural. Porque el trabajo artístico no puede responder a parámetros estándar sino todo lo contrario, se basa en las idiosincracias, en las obsesiones personales y en una relación crítica con sus formas. Por ello, el conocimiento que genera va más allá de patrones fijos e insiste en la diversidad y la diferencia.
Las artes visuales no constituyen un sector con una rentabilidad asegurada. Se mueven en terrenos demasiado resbaladizos y, dependiendo del momento, la sociedad se muestra más o menos receptiva a este tipo de cuestiones. El presente nos confirma cada día que estamos en la parte baja del grado de aceptación. El arte contemporáneo es visto como críptico, innecesario y elitista, por no hablar de estigmatizado por la necesidad de financiación y de subvenciones. No deja de ser curioso que otras industrias más potentes reciban ayudas e inyecciones de dinero y se libren de esta acusación (la industria del automóvil es una y la banca, otra).
Pero vamos a ser proactivos más que críticos, así que ahí van 6 propuestas para mejorar el sector de las artes en Cataluña.
Incidir en la educación, que el arte forme parte de la experiencia habitual desde la infancia para recuperar su vinculación real con la sociedad. El arte puede aportar una manera inédita de ver las cosas, una forma de conocimiento diferenciado y más crítico. Para los artistas tener un contacto real con un público que se acerque a sus prácticas con curiosidad y sin miedo a hacer preguntas directas puede resultar un ejercicio muy saludable.
Mejorar la presencia del arte en los medios de comunicación, que no sólo tenga una aparición pública mediante noticias relacionadas con cifras, records o situaciones escandalosas y/o ridículas. Informar sobre arte, artistas y exposiciones centrándose en sus contenidos que, por muy complejos que sean, siempre pueden ser comunicados de una manera clara y directa.
Trabajar en formas de financiación que combinen la iniciativa pública y la privada, sin depender únicamente de una de ellas. Por una parte, los circuitos administrativos podrían simplificarse. Por otro, las empresas tecnológicas podrían jugar un papel importante a cambio de un plus de conocimiento, de refinamiento y de consumo intelectual que puede complementar al muy rentable consumo de ocio.
Apostar por modelos culturales híbridos para la producción, la distribución y el disfrute de la cultura. Fomentar el diálogo y el intercambio. Reinventarse. De hecho, los artistas producen obra, pero que también comisarían, y su trabajo puede ser un objeto, un taller, una conferencia, una visita comentada, una obra de teatro o una cena; las galerías venden, pero que también pueden producir, promocionar, gestionar e impulsar proyectos de investigación; los comisarios son productores, mediadores y pueden buscar formas más creativas de hacer y de comunicar; las colecciones pueden incidir en la producción.
Intentar cubrir las principales necesidades de los creadores en términos de movilidad, intercambios, recursos específicos y, sobre todo, tiempo.
6. Garantizar la independencia del sector artístico y bloquear las injerencias políticas.
… y 1 intuición:
Fomentar el trabajo de fondo, de resistencia, la creación de una base sólida. Quizás no es negativo que el sector del arte no esté en primer plano, sino en una posición más discreta pero respetada para poder tener más autonomía, menos presiones, menos deudas (económicas y morales) y menos riesgo de domesticación.