SIMON STARLING. Exposition (ESP)

Simon Starling (Epsom, Inglaterra, 1967) basa su trabajo en una intensa búsqueda que comprende constantes viajes, minuciosas investigaciones y el establecimiento de conexiones entre lugares, objetos y circunstancias históricas y culturales. A menudo contrapone literal y metafóricamente estructuras o dinámicas, y concluye con procesos que comportan la transformación de un objeto o una sustancia en otra distinta para así descubrir insospechadas relaciones entre elementos que, a priori, parecían dispares.

Con frecuencia, sus trabajos implican procesos y esfuerzos que parecen desproporcionados en relación con la finalidad perseguida. En Kakteenhaus/Cactus House (Portikus, Frankfurt, 2002), transformó el espacio expositivo en un gran invernadero para albergar un cactus que él mismo había llevado del sur de España. Las condiciones ideales de temperatura y humedad que el cactus precisaba para su supervivencia eran provistas por el motor de un automóvil también situado en el recinto de la exposición y unido, por medio de tubos y cables, a un Volvo rojo aparcado en el exterior de Portikus.

Otros trabajos suyos tratan aspectos relacionados con las nacionalidades, las fronteras y la forma en que se definen los valores culturales. Por ejemplo, en Rescued Rhododendrons (2002), transportaba siete plantas de rodondendro del norte de Escocia (donde actualmente se las considera perniciosas para el equilibrio medioambiental) al sur de España, en un proceso que revertía la introducción de esa planta en Gran Bretaña en el siglo XVIII, precisamente desde España.

En Flaga (1972-2000) (2002), Simon Starling empleaba el proceso mismo de la singularización de artículos producidos en masa para hacerlos únicos al conducir un Fiat 126 de color rojo, fabricado en Turín, hasta Cieszyn, en Polonia, donde hizo sustituir algunas partes de la carrocería original por otras fabricadas en Polonia. Con ello ejemplificó, de la manera más artesanal y complicada posible, no sólo pasajes de una historia política e industrial compartida por Italia y por Polonia, sino también una globalización que a menudo conlleva la búsqueda de nuevos mercados y de una mano de obra más barata.

En otros trabajos de Simon Starling aparecen referencias al movimiento moderno, y al fracaso de sus utopías, en un intento por recuperar aquel impulso ideológico. Crea, entonces, réplicas artesanales, confeccionadas con materiales encontrados, de lámparas (Home-made Henningsen, PH5, 2001) y otros objetos, que -si bien en su origen fueron ideados para una mejora democrática del entorno vital- con el tiempo se han convertido en exclusivos objetos de coleccionista.

Exposition, el proyecto que Simon Starling ha realizado específicamente para el Espai 13, contrapone la tecnología contemporánea más avanzada y la evolución del movimiento moderno, tomando como referencia la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, que representó un verdadero escaparate tanto de la tecnología como del diseño alemanes de la época, con unos magníficos diseños de exposición creados por Lilly Reich.

El punto de partida de Exposition es un metal precioso, el platino, que en el Espai 13 aparece doblemente: por una parte, en las fotografías fijadas a la pared -que muestran imágenes del diseño creado por Lilly Reich para la exposición de ingeniería alemana del año 29, obtenidas con el método de impresión fotográfica con platino (muy empleado entre 1860 y 1920)-; por otra, en la iluminación de dichas fotografías, mediante una célula de combustible de hidrógeno, en cuyo funcionamiento el platino constituye también un elemento esencial, pues actúa como catalizador que hace posible la reacción necesaria entre el hidrógeno y el oxígeno, dando como resultado la producción de corriente eléctrica y una cantidad residual de agua.

Las fotografías y el generador se encuentran separados por un tabique ligeramente curvo de cristal ahumado, que supone, en realidad, una apropiación de los diseños de Lilly Reich para Barcelona. En el Espai 13, el cristal es, también, un espejo translúcido, en cuya distorsionada superficie ambos elementos se fusionan visualmente.

De ese modo, las contradicciones de dos momentos históricos y geográficos confluyen y se contraponen: por una parte, el fracaso de las utopías del movimiento moderno, cuya estética nos ha llegado desprovista del impulso ideológico que la fundamentaba, y, por otra, las actuales dificultades de implementación de las tecnologías más revolucionarias (las formas alternativas de generación de energía), en parte derivadas del elevado coste del platino, uno de los componentes imprescindibles para su funcionamiento.

El título Exposition se refiere, además de a la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, a las exposiciones que presentan las últimas innovaciones tecnológicas y a la propia exposición de Simon Starling, que pone de manifiesto no sólo las contradicciones del movimiento moderno, sino también las del presente. Con sus minuciosas investigaciones y sorprendentes yuxtaposiciones, Starling abre una vía de interrogación en torno a los valores culturales, en relación al pasado y a nuestro presente.

Montse Badia
Abril de 2004