Cloud Atlas (El atlas de las nubes) es una maravillosa película de las hermanas Wachowski en la que las historias y los personajes transcurren, se mezclan y se reencuentran a través del tiempo, las razas y los géneros (sexuales y fílmicos). El concepto de trans es una noción que va mucho más allá del género y tiene que ver con el discurrir y el transitar entre identidades, formatos, políticas, lenguas o disciplinas. Tránsito, transición, transformación.
La exposición dedicada a Lorenza Böttner, comisariada por Paul B. Preciado en la Virreina es un ejemplo de recuperación de una artista excepcional que hizo de la transformación su estrategia para expresar su punto de vista y para definir su propia identidad. Un documental de Michael Stahlberg nos acerca a las circunstancias personales de Ernst Lorenz Böttner, que a los ocho años es víctima de un accidente tras trepar un árbol y agarrarse a un cable de alta tensión que tiene como consecuencia la amputación de ambos brazos. A la rehabilitación posterior y la negación a asumir un estándar corporal mediante prótesis, le siguen la exploración mediante el arte de una forma de expresión y una identidad propias, que incluye la transformación de su rostro mediante pintura, de su personalidad femenina, Lorenza, y de sus capacidades performativas. Alumno del profesor Harry Kramer en la Gesamthochschule de Kassel (¡qué importante el papel de un profesor, tutor que sepa señalar sin imponerse el potencial de sus alumnos!), utiliza sus circunstancias y un exhibicionismo muy consciente como medio de expresión para apartarse de los encasillamientos a las que son sometidas las personas con algún tipo de disfuncionalidad corporal.
Lorenza Böttner pinta con el pie y la boca, baila, hace performances, utiliza su rostro como lienzo, pinta en la calle, investiga y estudia la noción de “freak”, es modelo de fotógrafos como Joel-Peter Witkin o Robert Mapplethorpe, encarna modelos clásicos como la Venus de Milo para destacar los cánones de belleza de un cuerpo mutilado y viaja por el mundo. La exposición no se centra especialmente en sus últimos años (su papel inspirador de Petra, la mascota creada por Mariscal para los Juegos Paralímpicos de Barcelona 1992 o su temprana muerte a causa de las complicaciones derivadas del SIDA), sino que pone el énfasis en la celebración de la idiosincrasia y de una expresividad individual y diferenciada que nos recuerda el significado de trans: la libertad para definirse, para inventarse y reinventarse, para expresarse y presentarse de manera libre y autónoma, al margen (o a la contra) de estándares preestablecidos. Trans significa diálogo, confrontación, fluidez, tolerancia. E, indirectamente, nos recuerda también que el siglo XXI, en toda su complejidad, será trans o corre el peligro de ser retrógrado hasta límites que no podremos resistir.