Una de las características más destacables de las propuestas artísticas actuales es que -más que dar respuestas- nos plantean preguntas, con el fin de activar los mecanismos precisos para hacernos cambiar o, cuando menos, cuestionar nuestra percepción de las cosas, del mundo en que vivimos y de nosotros mismos.
Si entendemos el arte como una forma compleja de conocimiento, parece oportuno coincidir con Harald Szeemann y definir el trabajo de los artistas como sismógrafos de los cambios que se producen en la sociedad.
Estas reflexiones son el punto de partida del ciclo de exposiciones para el Espai 13 de la Fundació Joan Miró. Dicho ciclo engloba cinco propuestas artísticas que, si bien distintas, comparten una aproximación y una visión bastante peculiares o diferentes de la realidad, que desencadenan en el espectador una extrañeza y, finalmente, un cuestionamiento. El título Ángulo de visión: 143º alude a un ángulo de visión muy poco habitual, no constituye un referente estándar y quiere encarnar ese singular punto de vista inédito que proporciona una mirada mucho más amplia. El subtítulo, «objects in the rear view mirror are closer than they appear» (los objetos reflejados en el espejo retrovisor están más próximos de lo que parece), es una frase que puede leerse en los retrovisores de los automóviles y que alerta sobre una distorsión óptica que los conductores deben tener en cuenta para su propia seguridad. En el contexto de este ciclo de exposiciones, esa ligera distorsión sirve de metáfora de la variedad de perspectivas y filtros en la percepción de la realidad.
Los artistas participantes se mueven en el ámbito de ese cambio de perspectiva, buscando una aproximación del mundo circundante desde puntos de vista inéditos o, como mínimo, poco habituales. Su actitud considera la posibilidad de la diferencia o, lo que es lo mismo, acepta la duda. En sus respectivos planteamientos, ponen de manifiesto el modo en que, a partir de una determinada escala de valores, estructuramos nuestros entornos, cargándolos de sentido y de autoridad. Al mismo tiempo, insinúan que tales valores pueden ser trastrocados, o tal vez cuestionados y no aceptados como absolutos.
Desde la ironía, el compromiso político, la ingenuidad o el gusto por el absurdo, Luis Bisbe, Jens Haaning, Antonio Ortega, Claude Closky y Simon Starling nos invitan a ser conscientes de la necesidad de poner en cuestión los parámetros y valores asumidos.
Montse Badia