«En los años 80, el sistema del arte se estaba transformando», explicaba Muntadas en una entrevista mantenida con Anne Bénichou, “en el mundo del arte existe, por un lado, el trabajo del artista y todo lo que conlleva la producción de la obra, y por otro, el sistema que constituye el entorno de la intermediación; la difusión, la venta, el coleccionismo, la distribución, todo lo que afecta la visibilidad posterior del proyecto. Los años ochenta representan un período muy concreto en que algunos de estos intermediarios ocuparon un poder excesivo y tuvieron una visibilidad exagerada. Por eso quería entender cómo se había llegado a una situación como esta». Y por eso empezó a entrevistar a numerosos agentes implicados en el mundo del arte (galeristas, coleccionistas, críticos, comisarios, responsables de instituciones, educadores, periodistas) y los grabó en vídeo a lo largo de más de 200 horas. El resultado fue Between the Frames, una instalación que el artista ha ido revisando y que estos días se presenta en el MACBA con el título Between the Frames: The Forum (Barcelona), 1983-1993.
Dividido en varios capítulos-salas en los que se pueden visionar el trabajo editado, llaman la atención algunas declaraciones: el pragmatismo del sector galerístico (arrogante en el caso de Ileana Sonnabend “Lo que yo creo que es bueno debe serlo también para otras personas”, o el realismo de Marian Goodman, que subraya que el aspecto romántico del galerista debe estar totalmente equilibrado con el papel financiero); la variedad de posturas para definir la institución (desde el museo como lugar de investigación del arte y las ideas de nuestro tiempo propuesto por Marcia Tucker, hasta el museo como punto de relación con la historia defendido por Kaspar König, pasando por el lugar que comparte la mirada con el artista de Pontus Hulten) o el papel del crítico y de los media (“Los media no transmiten, transforman”, asegura tajante René Berger).
En las antípodas de estas reflexiones, los estudiantes de historia del arte de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona, recibían a finales de los 80 un input bien distinto. Mientras Miquel Barceló triunfaba en la escena artística, las clases de “arte del siglo XX” y de “últimas tendencias del arte” continuaban basadas en casi desvanecidas diapositivas de Dalí o el informalismo que, si mal no recuerdo fue la tendencia más contemporánea a la que se pudo llegar. Fin del paréntesis.
Volvemos a Muntadas, que completa su trabajo con un epílogo que recoge contundentes declaraciones de artistas: “El arte se ha convertido en un valor inmobiliario” (Dan Graham), “No ha habido un desarrollo orgánico del arte en nuestra sociedad”(Joseph Beuys). No cabe duda que el sistema del arte actual es deudor del que se gestó en los ochenta, pero también del poso de décadas anteriores. Con una diferencia: nadie es inocente y los esquemas de productividad y eficacia que imperan en otros ámbitos han sido asimilados también por el arte.