PRECARIEDAD. Entre la sobredosis de oferta cultural y la fragilidad de la escena artística en Cataluña

Las impresiones son contradictorias. Parece que el panorama artístico catalán se mueve entre la euforia y la precariedad. Esta primavera en Barcelona ha sido un ejemplo claro: dos ferias (Loop y Swab) acompañadas de sus respectivos programas paralelos, sección Off y mesas redondas; a las que se han sumado además otros eventos de gran convocatoria como el Primavera Sound. Parece que pasan muchas cosas, pero no está tan claro que se generen muchos contenidos, contexto ni tejido artístico.

Hace unas semanas, y en respuesta a un debate preelectoral celebrado en la sede de A*DESK y que reunió a los representantes de cultura de los diferentes partidos políticos, el GIC (Associació de Galeries Independents de Catalunya) envió una carta a todos los medios de comunicación en la que elaboraban el siguiente diagnóstico: «els polítics no són conscients de la precarietat del sector artístic, a “casa nostra” i viuen en una construcció de la realitat que està anys llum de la situació d’abandó en què es troben tots els estaments de la creació contemporània en una ciutat tan puntera i moderna com preten ser Barcelona.
Estem assistint al desmantellament de les estructures bàsiques pel funcionament del sector i el més greu d’aquesta situació és, que s’hi ha arribat per la falta d’interès de les institucions, locals i nacionals. Fa uns anys Barcelona tenia espais d’exposició que eren referents a nivell europeu. Amb la pèrdua de la Sala Montcada de la Fundació «la Caixa» es va iniciar una cursa avall que no remunta. El darrer escull insalvable sembla ser el Canòdrom, amb director i programa aprovats però sense edifici acabat i sense consens entre Generalitat i Ajuntament per posar-lo en marxa. Entre mig, tots i cadascun dels museus i fundacions han vist reduïda la seva activitat i les programacions se n’han ressentit greument. I el que ens sembla una situació límit es veu agreujada per la fuga de talents, també a tots els nivells.»

¿Qué posibilidades tiene un artista cuando completa el circuito emergente de Sant Andreu- Can Felipa – Sala d’Art Jove? ¿qué pasa con un comisario cuando ya ha comisariado los ciclos de exposiciones y convocatorias correspondientes? ¿qué estabilidad pueden tener las asociaciones y otras iniciativas que desarrollan sus actividades con la incertidumbre de si el próximo año van a poder llevarlas a cabo además de destinar numerosas horas a justificar unas ayudas económicas muy limitadas y poco efectivas?

Alguien comentaba tras visitar la exposición «La Cuestión del Paradigma. Genealogías de Emergencia en el Arte Contemporáneo en Cataluña» en el Centre d’Art La Panera que si bien es cierto que muestra el dinamismo de los artistas, comisarios y otros agentes de la escena artística en los últimos años, retrata también una preocupante precariedad en la que las iniciativas se deben siempre a personas más que a estructuras sólidas. La perspectiva crítica de la muestra evidencia que estamos bien lejos del mito americano de «esos chicos que empezaron en un garaje» y ahora dirigen Apple. Lamentablemente, lo más habitual aquí es que continúen en el garaje o que, frustrados, se dediquen a otra cosa.